LA FOTOGRAFÍA Y LA NATURALEZA

FOTÓGRAFO PARA BODAS EN ASTURIAS

En otras ocasiones hemos comentado el privilegio que supone ejercer como fotógrafo de bodas en Asturias. Especialmente en lo que se refiere a las posibilidades en cuanto a localizaciones. Asturias ofrece, además, una luz natural muy particular. Y lo mismo sucede en toda la costa cantábrica, incluyendo la gallega. Aunque depende de las condiciones atmosféricas, la luz natural siempre aporta muchos matices en fotografía. Tanto en las sesiones preboda, como en las postboda, a los fotógrafos nupciales nos gusta jugar con ellos. E incluso combinarlos o reforzarlos con algo de iluminación artificial, según los casos.

Una sesión preboda en plena naturaleza, por ejemplo, permite aportar frescura y solidez a los semblantes. Los rostros resplandecen enmarcados por las tonalidades verdes en todas sus gamas. Algo que se suele aprovechar en función del ángulo de incidencia de la luz solar. Otras veces la claridad inesperada es un regalo para el fotógrafo. Es cuestión de equilibrar debidamente los contrastes. Esos días de atmósfera limpia tras el paso de una borrasca son ideales para ello. O los días de predominio del viento nordeste, tan típico de Asturias. Son condiciones que aportan a cualquier reportaje fotográfico de boda una luz límpida e intensa. Y una riqueza cromática muy generosa.

En otras ocasiones, las brumas vespertinas, tan corrientes en lo más avanzado del otoño asturiano, imprimen cierto halo de romanticismo. En general, los fondos difusos o tenues generan una atmósfera muy particular para las fotos de pareja. Algo que a veces los fotógrafos para bodas buscamos infructuosamente o debemos trabajar ya en la posproducción.

Personalmente me encantan los matices que incorpora la luz del crepúsculo a cualquier sesión. Como fotógrafo para bodas en Asturias es mi momento favorito para trabajar. Esa iluminación casi irreal vivifica el aire y difumina al mismo tiempo el espacio de una forma única en cada atardecer.

Y en Asturias, como en Galicia o Cantabria, gozamos de una indiscutible ventaja. Disfrutamos de una impresionante costa con diversas orientaciones. Y esto facilita recibir la luz del sol poniente de manera oblicua. Al menos en la mayoría de los casos. O incluso frontalmente, en algunos. Un gran recurso para que las sesiones de pareja cerca del mar resulten espectaculares. La magia reside en combinar el aire denso impregnado de salitre con la luz decreciente del ocaso. A veces un refuerzo de la iluminación, puede aportar mucho.

Os dejo a continuación un ejemplo de sesión postboda al atardecer en la asturiana playa de Verdicio.

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