¿HAY MÁS DE UN FOTÓGRAFO EN TU BODA?

FOTÓGRAFO PARA BODAS EN ASTURIAS

¿Se ve realmente dificultado el trabajo de un fotógrafo en una boda por culpa de los invitados? En mi opinión, diría que sí, pero con algunos matices… Como fotógrafo para bodas en Asturias, y tras un largo camino recorrido, hoy en día es ilógico ponerle puertas al campo. Con esto quiero decir, que es prácticamente imposible conocer a cualquier persona que no tenga una cámara de fotos o bien no use la del propio teléfono.

Con la llegada de las cámaras digitales la cosa ha cambiado. El paso del analógico al digital ha tenido unos resultados espectaculares, y muchísimas ventajas. Un claro ejemplo de ello es el no tener que revelar las fotos del propio carrete o tener que cargar con una cámara voluminosa. Hoy en día, decimos adiós al límite de fotografías, podemos verlas en el momento y hasta corregir su luz y composición.

Todos o casi todos, las llevamos siempre con nosotros en nuestros móviles o tablets. Además, con el boom que ha tenido la fotografía acompañada de algunos precios realmente bajos, quien mas y quien menos posee una cámara más o menos decente en casa. Las personas están inmersas en una sociedad meramente audiovisual. No quieren perderse un solo momento que puedan fotografiar o grabar.

Fotografo bodas asturias

Sabemos que nadie puede controlar a nadie para que haga o no haga. No podemos impedir que cualquier familiar realice una o veinticinco fotos a la novia el día de su boda. Esta claro que los invitados a fin de cuentas tienen su propio reportaje de boda.

Cabe destacar que las fotografías realizadas no son grandes imágenes. Si esto fuera así, nuestro trabajo no tendría ningún sentido. Además, los invitados no están allí para hacer fotos pese a que lo hagan, sino para disfrutar del momento, pasarlo bien y guardar un buen recuerdo.

Hay que dejar claro que para conseguir un buen reportaje de casi todos los momentos, no debe haber nadie que entorpezca nuestra función. Por esta razón, debemos matizar con los novios previamente determinadas conductas. Avisar a todos los invitados de nuestra presencia facilita mucho las cosas. Ninguno de los novios quiere arriesgarse a que las fotografías del momento más importante de su vida salgan mal.

En conclusión, ser un buen fotógrafo de bodas consiste en sacar el máximo partido a cada detalle y lidiar con situaciones que no siempre son las más propicias.

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