FOTÓGRAFO PARA BODAS EN ASTURIAS
Como fotógrafo para bodas en Asturias he visto muchas. No podría elegir una en particular. Y no hablo de lujo o de una organización de primera. Hablo de esas bodas con duende. Que las hay.
Para empezar, cada reportaje de bodas que he firmado en Asturias tiene su propia esencia. Me refiero a que fotografiar una boda pone de manifiesto algo que a muchos de los asistentes, en el fragor de la celebración, se les escapa: la visión de la boda como acontecimiento grupal. Como reunión de personas que comparten un fin único. Un evento que supera la visión parcial y restringida de sus asistentes, incluidos los novios. Algo que se disfruta únicamente estando allí, pero que no se comprende del todo hasta abrir el álbum de fotos de tu boda. O de la boda de tu amigo, o de tu hijo, o de tu hermano… o de tu padre. Es igual. Todas las bodas que aparecen en este blog son ejemplo de ello.
Sin embargo, hay muchas versiones de una boda ideal. Son respuestas a una pregunta, seguramente nunca formulada abiertamente, pero que subyace en el subsconsciente de muchos candidatos a novio o novia, sin que ellos lo sepan. Preguntas del tipo ¿Cómo será el día de mi boda? o mejor aún ¿Cómo me gustaría que fuera? Y, por favor, no pensemos exclusivamente en el glamour propio de las bodas de celebrities. Hay algo más.
No hagáis caso a los escépticos. En Asturias es proverbial la socarronería de sus habitantes. Lo cierto es que en mi experiencia de fotógrafo para bodas en Asturias he contemplado a más de un converso. Gentes que renegaban de cualquier deseo o posibilidad de casamiento, vistiendo de frac con ilusión no disimulada. Y ellas también, por supuesto. Especialmente en segundas y terceras nupcias, insospechadas para los más incautos. Hay de todo.
Bodas donde brilla la sencillez y la naturalidad. Otras donde la originalidad de la ceremonia civil despierta admiración. Bodas con una solemnidad profunda, pero no impostada, como para dejar huella en la eternidad. Bodas donde prima la diversión a todo trance. Ceremonias religiosas que conmueven y hacen llorar de emoción. Celebraciones por todo lo alto, o eventos íntimos que respiran autenticidad. De todo. Y ninguna opción tiene por qué ser mejor que otra.
Lo que cuenta, en definitiva, es una sola cosa: la verdad de lo que hay detrás. Algo que quienes nos dedicamos al mundo de la fotografía para bodas, aspiramos a captar. Y de lo que con suerte podemos llegar a encontrarnos al hojear el reportaje nupcial.
Lo cierto es que hay bodas muy inspiradoras. Para no hablar siempre de Asturias; viene a mi memoria el bonito reportaje de bodas en Valladolid en el Hotel La Vega de la Encomienda. Un postboda en el que la belleza y apostura de los novios haría las delicias de cualquier fotógrafo de bodas enAsturias. La deliciosa boda de María y Roberto, que anticipaban ya en el reportaje previo. Imposible citarlos a todos. Y no sería justo destacar a ninguno sobre los demás. Sirvan estas sólo como ejemplo aleatorio de lo que podría ser una boda ideal. Y si queréis encontrar más sólo tenéis que bucear un poco en este blog. Ánimo.