FOTÓGRAFO DE BODAS EN GIJÓN:


En esta profesión de gozamos de un privilegio indiscutible: trabajamos de cara a la felicidad. Cualquier fotógrafo para bodas en Gijón os podrá contar una historia parecida. Una ciudad y un entorno con tantas posiblidades, unido a la carga emocional que suelen transmitir los novios, forman un cóctel perfecto. O casi. Hacer fotos para un reportaje de bodas suele traducirse en una velada agradable. Sin embargo, hay veces que el tiempo no acompaña. O los nervios impiden que la sesión fluya como debería. Son los menos, pero hay casos. Entonces es cuando el fotógrafo debe actuar y hacer valer su profesionalidad.

En otras entradas hablábamos de que la nuestra es, sin duda, una profesión gratificante y colmada de experiencias. Pero a veces tenemos que remangarnos. Si hay que suspender una sesión porque el tiempo no colabora, debemos convencer a los novios. Suya es la última palabra. Pero si hay posibilidades de suspender – lo cual es especialmente difícil en los reportajes post boda – debe hacerse. Lógicamente, hablamos de condiciones muy adversas. Porque los fotógrafos para bodas en ciudades como Gijón u Oviedo, estamos acostumbrados a lidiar con los días nublados y las luminosidades difusas propias de Asturias. Eso nos va en el sueldo. Sacar el máximo partido a la luz natural y buscar todo su encanto, puede lograrse de muchas formas. La luz de invierno u otoño tiene también su magia, y por eso mismo quizá sea el otoño la mejor época para casarse, como anotábamos aquí no hace mucho.

Los fotógrafos para bodas somos conscientes de la importancia de la luz natural. Especialmente en los reportajes invernales, como el preboda de Clara y Rubén en Gijón, en los que podemos aprovechar el encanto de la luz horizontal de esos crepúsculos tan especiales. Utilizar y aprovechar esos recursos, forma parte del bagaje de cualquier fotógrafo nupcial. Después cada uno tenemos nuestros trucos, fruto de nuestras experiencias. Como preferencia, en Juan Llavio, como fotógrafo de bodas en Gijón, nuestra debilidad son los reportajes preboda en algunos parques y entornos naturales gijoneses muy próximos a la ciudad. Y a veces, el ambiente invernal aporta un no se qué, que proporciona a los reportajes un halo muy particular. Hogareño y cálido. Aunque parezca un contrasentido. Algo parecido a lo que se refleja en el preboda de Mónica e Iván en Gijón de hace unos meses.

Porque además de los nervios, la lluvia repentina, los retrasos, y un montón de cosas que pueden salir mal en un reportaje nupcial, a veces, la magia ronda entre los bosques, los montes o los arenales. Y entonces, las luces y las sombras se aúnan para conseguir un resultado espectacular. Y ese puede ser un gran día.

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Reportaje de boda en Gijón. (Fotógrafo: © Juan Llavio)