FOTÓGRAFO DE BODAS EN ASTURIAS:
Un fotógrafo de bodas no deja nada al azar. Por eso, solemos planificar bastantes nuestros reportajes nupciales. Muchos compañeros entre los fotógrafos para bodas en Asturias, consideran que el protagonismo de los novios es indiscutible, y su importancia en el reportaje de boda debe primar sobre cualquier otra circunstancia. Es algo de pura lógica, pero que llevado al extremo puede llegar a eclipsar otros aspectos. Aspectos que están presentes bien durante el enlace, bien durante la celebración o en los reportajes posteriores a la boda. Y que a veces son más tenidos en cuenta por los fotógrafos aficionados o los meros asistentes a una boda que por el fotógrafo oficial del evento.
Centrándonos en el reportáje fotográfico de boda en sí mismo, es cierto que existen momentos cruciales en el enlace o en la celebración. Entre ellos destacan el clásico momento del sí quiero, la llegada de la novia o la salida del templo o lugar del enlace. Pero también hay otros. Como la partición de la tarta nupcial, el beso de los novios o el baile inicial. En esas ocasiones los novios son lo primero. Y ahí el fotógrafo de bodas no puede fallar. El reto no es sólo hacer la foto del momento, sino hacerla en el momento. El preciso para captar su esencia y magnificar su poder evocador.
Ése es, al fin y al cabo, el fin de todo reportaje de bodas: crear algo así como un talismán. Algo que en el futuro tenga el poder casi mágico de revivir emociones.
Pero en una boda existen más cosas además de los novios. Es cierto que el entorno en los reportajes pre boda y post boda puede jugar un papel muy importante. Y de eso hemos hablado en otras ocasiones, como de la conveniencia de donde hacerlo. A veces, las fotografías de grupo pueden ser muy efectistas, si se está atento a los mejores momentos. Pero en esta ocasión me voy a referir a algo que, como fotógrafo para bodas en Asturias, considero que a veces, descuidadmos: la fotografía de los detalles de boda. Entendiendo por detalles, los elementos materiales particulares, y no sólo los pequeños regalos de recuerdo de los novios.
Hay que tener en cuenta que una boda es un acontecimiento de lo más planificado, por lo general. Se trata de muchas personas pensando y diseñando un evento. Siempre con el fin de agradar a todos al máximo posible. Y cuya trascendencia es muy grande para los directamente implicados. Por eso en una boda, las cosas, grandes o pequeñas, también tienen su importancia. Y, puesto que en una boda, la estrella es la novia, no podemos dejar de realzar y fotografiar debidamente algo tan icónico como es el vestido de novia y sus aditamentos, o el peinado y el maquillaje de la boda.
Un fotógrafo para bodas en Asturias no puede dejar ciertas ocasiones. Un velo que se levanta, una cola que se extiende, o un encaje que se destaca sobre el resto. Y debe estar atento a esas expresiones fugaces que iluminan el rostro de una novia, para captar cada emoción. Es algo obligado.
Pero también las pequeñas cosas merecen la atención del fotógrafo especializado en bodas, aspectos como la decoración floral, el ornamento de las mesas y la sala de banquetes o los detalles de boda, son los pequeños elementos que sumados, hacen del día de la celebración algo grande. Algo inusual y que merece ser celebrado. Por eso, como cualquier fotógrafo para bodas, me gusta indagar antes. Conocer la decoración de la sala, o los detalles que reglarán los novios, para, llegado el caso, incorporarlos al reportaje. O incluso hacer un reportaje sobre ellos mismos.