Fotógrafo de bodas en Asturias
Cada vez proliferan más. El deseo de difrenciarse de los demás hace que algunos novios opten por variantes cada vez más extremas del reportaje de bodas tradicional. Ya no se trata de casarse en el fondo del mar o de un acuario entre tiburones. O de celebrar una boda a 5.000 metros de altura. Ahora se busca la foto original. Algo divertido y fuera de lo común. Afortunadamente un fotógrafo para bodas en Asturias no suele encontrarse con encargos tan extravagantes. O tan polémicos como aquel reportaje de bodas de dudoso gusto que lanzó al estrellato efímero a una pareja británica hace unos meses. Y es que, a veces, perdemos el norte.
Quizás por lo de encontrarnos muy al norte, en Asturias los fotógrafos de bodas no nos vemos abocados a ciertas excentricidades, para firmar un buen reportaje nucpial. Aprovechando nuestras fabulosas localizaciones, podemos explotar toda la fuerza del paisaje para lograr grandes fotos de boda o de reportajes prenupciales. Me viene ahora a la mente el realizado para María y Jesús en el embalse de Valdemurio. En definitiva, un buen profesional de la fotografía nupcial sólo ha de saber aprovechar la luz, el momento y la emoción, para obtener imágenes que respiren verdad.
Esto no quiere decir que como fotógrafo para bodas en Asturias Juan Llavio renuncie a ser original. Casi ningún fotógrafo, y menos uno de bodas, puede resistirse a probar cosas nuevas en cada sesión. Encuadres diferentes o matices innovadores en la iluminación o en la edición. Ese prurito de artistas que nos acompaña es el responsable.
A partir de ahí, podéis buscar al fotógrafo de bodas más original, celebrar la ceremonia montados en un globo, o casaros por el rito balinés – siguiendo los pasos del inefable Lauren Postigo -. Si no contáis con lo que hay que tener – emoción -, ni con un profesional capaz de traducirlo en imágenes, todo será en vano. La originalidad reside en vosotros. Lo demás es una pose.