¿CUÁNTO COBRA UN FOTÓGRAFO DE BODAS EN ASTURIAS?
FOTÓGRAFO DE BODAS EN ASTURIAS:
A la pregunta de cuánto puede cobrar un fotógrafo para bodas en Asturias por un reportaje nupcial, puede responderse con naturalidad: un pastón, por lo general. Pero no es oro todo lo que reluce.
A la hora de plantearse el presupuesto para una boda son muchas las variables y las prioridades influyen. Sin duda, el atuendo de los novios y el menú del banquete nupcial ocupan un lugar importante en la cuenta de gastos previstos. Pero el reportaje de bodas también suele cuidarse con especial empeño. Especialmente si lo que queremos es perpetuar la memoria de algo digno de celebrarse por todo lo alto, como es una boda.
Por eso, como decíamos, no todo el monte es orégano, ni es tan caro el león como lo pintan. Para empezar, la profesión del fotógrafo especialista en bodas, si bien es un trabajo gratificante, no deja de ser una ocupación marcadamente estacional. Si bien existe una clara especialización en la fotografía de bodas y eventos, por cuanto tiene de diferente, la mayoría de fotógrafos para bodas en Asturias con cierta trayectoria, solemos fundar nuestra experiencia profesional en un espectro más amplio. A veces, con habituales incursiones en otros campos de la fotografía. Trabajar sólo en verano no deja de ser una utopía al alcance de muy pocos. O un fastidio, según se mire. Sin embargo, la especialización existe, y requiere además, una formación continua, como ejemplifica el reciente workshop de bodas en Asturias, donde además de Juan Llavio, han participado ilustres colegas de la fotografía para bodas en Asturias.
De ahí que el precio de los reportajes de boda sea, por principio, algo elevado: pagamos por un servicio especializado y muy estacional, no debe olvidarse.
En segundo lugar, es cierto que los costes de una boda siempre resultan elevados, en comparación con servicios parecidos prestados en otras ocasiones, incluyendo los servicios del fotógrafo. Sin embargo, lo que se paga es precisamente la excelencia. Nadie quiere que su banquete nupcial resulte anodino, sino espectacular. Y si se pagan verdaderas fortunas por un traje de novia, es precisamente por ese carácter exclusivo, único y engrandecedor de la belleza personal que sólo nos puede garantizar una inversión proporcional.
Pues lo mismo ocurre con un reportaje de bodas. Tiene que ser algo único y espectacular. Por eso la exigencia es mucho más alta, para el fotógrafo profesional de bodas, que en cualquier otro evento. Cada reportaje tiene que ser casi una obra maestra. No basta con cubrir el expediente. Además, las dificultades no son desdeñables.
En cualquier reportaje para boda, el fotógrafo debe ejercer en primer lugar de psicológo o coach, a fin de despertar la química de la pareja. Esto resulta particularmente importante en los reportajes pre boda. En estos, como en los reportajes postnupciales, se deben manejar con maestría las claves de la fotografía de exteriores.
Por otra parte, en las fotografías de la celebración, tanto en la ceremonia como en el banquete, hay que demostrar la destreza con el disparador para captar momentos muy fugaces. Y una gran pericia como cazador de instantáneas, que exige además de experiencia e instinto, dominar el arte de buscar la mejor colocación como un árbitro de primera división.
A todo esto cabe añadir el intensivo trabajo de selección y edición posterior que pone a prueba las mejores capacidades profesionales del fotógrafo. Y después: los resultados. No sería justo dar una cifra aquí, ni siquiera orientativa, del importe de la minuta profesional de un fotógrafo, porque cada reportaje es un mundo y hay muchas cosas que se pueden negociar además. Lo único que diré es que nunca nadie ha quedado descontento con los resultados.
En definitiva, invertir en un buen reportaje de un día que será irrepetible, suele traer cuenta. Son fotografías para el recuerdo, que conviene valorar en su justo precio, en un mundo saturado de imágenes como el actual, porque realmente marcan la diferencia.