¿UNA BODA LLAMA A OTRA BODA?

BODAS EN LAS QUE NACEN NOVIAZGOS

En la sabiduría popular es frecuente afirmar que de una boda suelen surgir otras bodas. Las celebraciones nupciales son eventos ideales para conocer gente de otros círculos. Y son una ocasión inmejorable de ligar. Todo parece conjurarse para ello. Se trata de momentos de fiesta y, eventualmente, un poco de desenfreno. Porque la ocasión lo merece. De ahí surge la desinhibición y la oportunidad de relacionarse con soltura con quien nos apetece. Todo esto hace que ligar en una boda no sea una tarea difícil.

Podemos coincidir con gente que, posiblemente, no tenga costumbre de salir, trasnochar o – digámoslo así – achisparse habitualmente, pero que suele hacer una excepción en esos días. Por no hablar de los aficionados a cualquier evento festivo, que no necesitan de excusa alguna para relacionarse. Y también están aquellos rompecorazones profesionales para quienes ligar en una boda se convierte en una obligación más, equiparable a la de vestir de etiqueta o hacer un regalo a los novios. Hay que hacerlo y ya está.

BODAS VS. APLICACIONES DE CITAS

El caso es que los círculos se mezclan. Y coincidimos con personas que, otra forma, sería muy difícil o casi imposible conocer. Excepto si ponemos nuestras relaciones sociales en manos de ignotos algoritmos en aplicaciones para citas online, claro está. Pues los designios de este tipo de software sí que son inescrutables, al menos desde el punto de vista un profesional de la fotografía nupcial ocupado en otros menesteres. Frente a ellos y en tiempos de post pandemia, ligar en una boda es quizás uno de los últimas maneras de emparejarse a la vieja usanza.

Por otra parte, además de los efectos euforizantes del alcohol, la buena presencia ayuda mucho. El hecho de vestirnos con las mejores galas y prestar atención a nuestra indumentaria para lucir palmito, permite hacernos más agradables a los demás. E incrementa nuestra autoestima a la hora de lanzarnos a un flirteo más o menos descarado.

He asistido a muchos banquetes nupciales como fotógrafo de bodas en Gijón, Oviedo y otras ciudades de Asturias y creo poder afirmar que la sabiduría popular acierta. El hecho de conocerse mientras celebras que alguien de tu círculo o familia se casa, despierta entre la gente algo así como un espíritu de emulación. Si ellos lo hicieron quizás yo también deba planteármelo, podría ser lo que acaban pensando muchos.

TODA BODA ES SIEMPRE UN PRINCIPIO

Lo cierto es que los protagonistas de estos idilios no siempre consiguen hacerlos perdurables. Surgidos al ritmo caprichoso de una conga o al calor de la proximidad de un baile inesperado al son de las lentas de última hora, a veces quedan reducidos en flor de un día. Otras no, sin embargo. Y pueden ser el principio de una gran amistad…o algo más.

Si de una boda sale otra boda, es algo que podría rastrearse en los archivos fotográficos de los profesionales de los reportajes nupciales. A veces, tengo la impresión, en cuanto fotógrafo de bodas, de que algunos novios me resultan familiares. En las sesiones preboda es algo habitual, pues suelen ser más naturales entonces. Sus caras me suenan. Estoy seguro de que, buscando en mi archivo podría encontrar sus rostros entre las fotos de los invitados a alguna boda anterior. Aún no lo he comprobado, pero prometo hacerlo.

Si vas a ser protagonista de una boda, deberías tenerlo en cuenta. Quizá acabes siendo responsable de que surja alguna historia con el mismo final. O principio, según se mire. Puedes encontrar al fotógrafo del evento llamando al 619 39 19 97 o sin mandas un correo a info@juanllavio.com.1.

 

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