LOS FOTOMATONES Y OTRAS ABERRACIONES (NUPCIALES)

Fotógrafo para Bodas en Gijón:

Nos hacíamos eco en nuestro último post de algunas tendenicas nupciales a evitar en 2018. Todo ello, claro está, desde el punto del vista de la mera experiencia de un fotógrafo para bodas en Gijón, con lo bueno y lo malo que esto tiene. Lo bueno podría ser la falta de malicia del fotógrafo de bodas como observador imparcial. O sea, la objetividad – y no nos estamos refiriendo al hecho de que anlaizamos todo a través de nuestro objetivo -. Lo malo, dirán algunos, la falta de criterio. Algo que podría suplir la experiencia de haber fotografiado decenas de bodas en Gijón y muchas otras ciudades en España. Quién sabe.

El caso es que en vista del interés despertado, no podemos dejar de atender las peticiones – algunas un tanto malévolas – de insistir en el asunto. El ejemplo de los llamados fotomatones en las bodas, es una muestra de algo que muchos estilistas nupciales, condenan como pasado de moda. Y que, sin embargo, se resiste a morir. Quizá sea porque no lleva tantos años en boga, como otras tradiciones.

Lo cierto es que en mi experiencia más reciente como fotógrafo para bodas en Gijón, puedo dar testimonio de que es una costumbre no sólo vigente, sino en pleno auge. Algo, que en principio, podría molestar a un fotógrafo especializado en bodas. Pues no deja de ser una especie de “competencia desleal” que los propios contrayentes e invitados plantean al fotógrafo nupcial. El fotomatón en las bodas, vendría a ser para los fotógrafos algo así como Uber para los taxistas. Un invento, no tanto basado en la economía colaborativa, como en el principio tradicional del “hágaselo usted mismo”.

Sin embargo, pese a ser considerado como una aberración, por muchos organizadores de eventos de alto standing, no dejan de tener su gracia. Esa mezcla de espontaneidad y  pose, es como un intermedio entre las fotografías cazadas al vuelo durante el banquete por el fotógrafo llamémosle oficial, y el resultado de los elaborados posados de un reportaje post boda en las mejores localizaciones. Cada uno cumple una función. Y como fotógrafo diría que no compiten necesariamente entre sí.

No sabemos si los fotomatones están condenados a desaparecer en las tendencias nupciales de 2018, como postulan algunos. De hecho, en buena parte de las bodas en Gijón que he fotografiado últimamente han estado muy presentes. Y no dejan de ser un pretexto más para hacer de una boda algo divertido. Otra cuestión es si seguirán siendo tan utilizados en el futuro. El caso es que yo me resisto a condenarlos como elementos propios de una boda pasada de moda.

Lo que no sé es si merecen la misma suerte otras pequeñas aberraciones.  Hablamos de tendencias como la decoración floral extendida a paredes y techos, los manteles con texturas diversas o las tartas nupciales de sabores exóticos. Quizá fueran muy trendy en su día. Pero hoy por hoy son grandes candidatos a desatar la furia de los críticos nupciales más innovadores. Sin embargo, la decisión – en minúscula – como siempre, es vuestra. Y la otra, también.

 

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