¿EN QUÉ PIENSAN LAS NOVIAS?

¿EN QUÉ PIENSAS EL DÍA DE TU BODA?

El día en que uno se casa se hacen muchas cosas. Pensar no es precisamente una de ellas. Al menos esa es la experiencia que muchos contrayentes nos transmiten a los profesionales de la fotografía nupcial. Cuando tras los nervios de la ceremonia, se abre un paréntesis de relax para las sesiones post-boda, novios y novias se sinceran. ¿En qué piensan las novias? En nada y en todo a la vez.

En el torbellino que supone el día de la boda, los novios mantienen, por lo general, un estado de concentración y/o nerviosismo que les impide pensar con claridad. Reflexionar acerca del significado de lo que está aconteciendo realmente se antoja casi imposible. Uno nunca asiste a su propia boda como mero espectador. Eso se lo dejamos a los invitados. Son expertos en juzgar, criticar y augurar un buen o mal futuro al matrimonio en ciernes en función de una sabiduría que no tiene que ver tanto con la edad como con la mayor o menor malicia o malquerencia de cada uno. Es ley de vida. Si vas a una boda, tienes que hablar de la pareja. Aunque sea bien.

LAS NOVIAS SUELEN SER MÁS CONSCIENTES

Desde el privilegiado punto de vista de un fotógrafo de bodas en Asturias, región entroncada quizás con cierto elemento matriarcal de su más primitivo pasado, las novias se ven más conscientes. Es decir, se percibe que viven la situación más intensamente. Con la misma saturación de estímulos que reciben los novios al ser objeto de toda la atención y de múltiples agasajos, ellas están a lo que celebran. Saben que casarse no es un paso baladí. Y aunque no puedan interiorizarlo debidamente hasta pasado el tumulto, lo sopesan. Y obran en consecuencia. Apreciando lo excepcional de la ocasión y viviendo el momento como algo único.

¿En qué piensan las novias?

Esto es algo que no se escapa a la lente del fotógrafo. Las imágenes suelen ser muy elocuentes. Las expresiones faciales y corporales de la novia acostumbran a decir mucho, y bien. Ellas se casan sabiendo lo que hacen. Ellos, probablemente, también, pero no se trasluce tanto en las fotografías. Quizás debido a que la solemnidad de la ceremonia puede intimidar más a los novios. O a la formalidad inicial del banquete al saberse el objetivo de tantas miradas, incluidas las de la familia política. Por no hablar de cuando la celebración se desata, una vez abierto el baile nupcial. Basta con repasar cualquier álbum nupcial y podremos analizar la diferencia.

Si con una mera fotografía pudiéramos averiguar en qué piensan las novias el día de su boda, nos llevaríamos una sorpresa. Seguramente. Y no como en aquella no tan vieja película de Mel Gibson. Porque no hay dos novias iguales, ni dos bodas iguales, como siempre decimos. Por eso sabemos que la vuestra, también va a ser especial.

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